Por: Anaís Márquez
Lo dice el
Informe GEM (Global Entrepreneurship Monitor): las iniciativas creadas de la
necesidad tienen menores probabilidades de sobrevivir pasados cinco años,
“debido, sobre todo, a que los emprendedores que hay detrás pueden abandonar la
actividad a la hora de encontrar una mejor opción de trabajo o, simplemente,
fracasar al no tener una oportunidad de negocio estratégicamente decidida”.
Por lógica, un
emprendedor por vocación cuenta con más energía y preparación que otro que
desarrolle su negocio por necesidad. Pero estos déficits no tienen por qué
abocarle al fracaso. Ya sabemos que tus planes profesionales no pasaban por
convertirte en empresario y que estabas muy cómodo trabajando en tu antigua
empresa hasta que se te cruzó en el camino ese maldito ERE que te dejó sin un
sueldo fijo.
Pero
posiblemente esto sea de lo mejor que te haya podido pasar en la vida. Ahora
toda cambiar el chip y ponerse manos a la obra. Quién sabe si dentro de poco te
conviertes en un empresario de éxito. Para triunfar, deberás poner en práctica
una serie de recetas (acertar con la especialización, elegir el socio ideal,
controlar el endeudamiento, etc.) de las que hablamos continuamente en esta
revista. Los emprendedores por necesidad, por su parte, se enfrentan a otros
problemas añadidos y, para superarlos, conviene aplicar los consejos que
enumeramos a continuación:
1. Superar la
barrera de la formación
Hay que tener en cuenta que
tu antiguo rol de empleado es muy diferente al de empresario. Probablemente
seas un gran experto en el área en la que hasta hace poco hayas estado
trabajando. Sin embargo, esto no es suficiente para desarrollar un proyecto
emprendedor y deberás complementarlo con otros conocimientos de gestión
empresarial: tecnología de la información, liderazgo, marketing, técnicas de
ventas... Realizar algún máster o curso especializado en estas materias es muy
aconsejable para ganar una visión más general, según explica María José
Valdivieso, fundadora de Plus40net: “No todo el mundo pone en valor su
experiencia, algunos aprovechan para dar un cambio radical y hacer lo que nunca
antes se habían atrevido formándose en esas áreas que siempre les gustaron,
pero nunca tuvieron el momento de fomentar. En uno y otro caso, es fundamental
ilusionarse. Sin entusiasmo, sin fe, es difícil consolidar”
2. Trabaja tu
marca personal y contactos
Como empresario te será muy
útil trabajar la marca personal en Internet abriendo un blog y perfiles en
redes sociales para ganar visibilidad y ser reconocido como experto en tu
materia o área de trabajo. Y si, anteriormente, ya has trabajado
convenientemente tu marca personal, ahora es el momento de sacarle su partido.
Y sacarle partido en acciones de networking que, en segunda instancia, redunden
en negocio contante y sonante para tu proyecto empresarial. Además de para
tocar a potenciales clientes, la agenda sirve tanto para buscar vías de
colaboración con partners con los que poder realizar acciones conjuntas,
campañas de marketing o comunicación, etc.
3. Cuidado
con las prisas
Recuerda que el
primer plan de negocio no es siempre el mejor. Antes de apostar por Noelia
Nova, una marca de zapatos bailarinas premium, Jaime Pérez, ex alto ejecutivo
de servicios financieros afectado por un Expediente de Regulación de Empleo,
trabajó nueve meses en un proyecto de Internet: “Fue un tiempo muy bien
empleado, me ayudó a saber que tenía que remangarme, que contaba con capacidad
para hacer realidad mis ideas y reclutar equipos. Gané confianza, y eso me
permitió valorar la llegada de una nueva socia con la que me sentía muy
motivado para emprender en un mundo ajeno al mío. Valoré el riesgo y vi que me
compensaba”, explica.
“El fallo más habitual es
tener demasiada prisa”, advierte Nieto: “Son muchos los que están dispuestos a
trabajar duro en su negocio, pero menos los que se toman el tiempo necesario
para tomar la decisión y madurarla”. Por eso es tan importante compartir la
idea: “Hay que tener la capacidad de comunicar para corregir desviaciones.
Tenerlo como un secreto es un error, por eso hay que pedir opinión contrastarla
con posibles clientes o proveedores”.
4. Reajustes
en tu vida familiar
Este es un tema
crucial en la vida del emprendedor. Cuando eras empleado, posiblemente tu
relación con el trabajo se reducía a las ocho horas. Ahora que vas a ser
emprendedor, es probable que esto ya no sea así. Montar un negocio impactará en
tu entorno más íntimo. Ya no vas a trabajar ocho horas diarias, sino 10, 12 o
más. Muchos fines de semana y festivos tendrás que dedicarlos a tu proyecto y
el trabajo va a estar siempre presente en tu mente. ¿Estás preparado para este
sacrificio, que puede afectar mucho a tu vida familiar? Dicho esto, los
expertos consultados aconsejan prestar atención a la gestión del tiempo, ya
sabes: no por echar más horas vas a ser más eficiente.
5. Demuestra
tu flexibilidad
Muchos
emprendedores por necesidad no aciertan a la primera. La buena noticia es que
parte de ellos tiene la habilidad de reconducir esa primera propuesta hacia el
éxito. Para conseguirlo es necesario no atrincherarse en posiciones
inmovilistas, tan cierto como que el emprendedor debe creer en su idea, es
reconocer el error. La solución en muchas ocasiones pasa por realizar pequeños
ajustes que permitan una orientación clara hacia lo que realmente requiere el cliente.
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