jueves, 21 de mayo de 2015

Emprendiendo en la cuerda floja.

Por: Anaís Márquez









Lo dice el Informe GEM (Global Entrepreneurship Monitor): las iniciativas creadas de la necesidad tienen menores probabilidades de sobrevivir pasados cinco años, “debido, sobre todo, a que los emprendedores que hay detrás pueden abandonar la actividad a la hora de encontrar una mejor opción de trabajo o, simplemente, fracasar al no tener una oportunidad de negocio estratégicamente decidida”.
Por lógica, un emprendedor por vocación cuenta con más energía y preparación que otro que desarrolle su negocio por necesidad. Pero estos déficits no tienen por qué abocarle al fracaso. Ya sabemos que tus planes profesionales no pasaban por convertirte en empresario y que estabas muy cómodo trabajando en tu antigua empresa hasta que se te cruzó en el camino ese maldito ERE que te dejó sin un sueldo fijo.

Pero posiblemente esto sea de lo mejor que te haya podido pasar en la vida. Ahora toda cambiar el chip y ponerse manos a la obra. Quién sabe si dentro de poco te conviertes en un empresario de éxito. Para triunfar, deberás poner en práctica una serie de recetas (acertar con la especialización, elegir el socio ideal, controlar el endeudamiento, etc.) de las que hablamos continuamente en esta revista. Los emprendedores por necesidad, por su parte, se enfrentan a otros problemas añadidos y, para superarlos, conviene aplicar los consejos que enumeramos a continuación:

1. Superar la barrera de la formación

Hay que tener en cuenta que tu antiguo rol de empleado es muy diferente al de empresario. Probablemente seas un gran experto en el área en la que hasta hace poco hayas estado trabajando. Sin embargo, esto no es suficiente para desarrollar un proyecto emprendedor y deberás complementarlo con otros conocimientos de gestión empresarial: tecnología de la información, liderazgo, marketing, técnicas de ventas... Realizar algún máster o curso especializado en estas materias es muy aconsejable para ganar una visión más general, según explica María José Valdivieso, fundadora de Plus40net: “No todo el mundo pone en valor su experiencia, algunos aprovechan para dar un cambio radical y hacer lo que nunca antes se habían atrevido formándose en esas áreas que siempre les gustaron, pero nunca tuvieron el momento de fomentar. En uno y otro caso, es fundamental ilusionarse. Sin entusiasmo, sin fe, es difícil consolidar”


2. Trabaja tu marca personal y contactos


Como empresario te será muy útil trabajar la marca personal en Internet abriendo un blog y perfiles en redes sociales para ganar visibilidad y ser reconocido como experto en tu materia o área de trabajo. Y si, anteriormente, ya has trabajado convenientemente tu marca personal, ahora es el momento de sacarle su partido. Y sacarle partido en acciones de networking que, en segunda instancia, redunden en negocio contante y sonante para tu proyecto empresarial. Además de para tocar a potenciales clientes, la agenda sirve tanto para buscar vías de colaboración con partners con los que poder realizar acciones conjuntas, campañas de marketing o comunicación, etc.


3. Cuidado con las prisas


Recuerda que el primer plan de negocio no es siempre el mejor. Antes de apostar por Noelia Nova, una marca de zapatos bailarinas premium, Jaime Pérez, ex alto ejecutivo de servicios financieros afectado por un Expediente de Regulación de Empleo, trabajó nueve meses en un proyecto de Internet: “Fue un tiempo muy bien empleado, me ayudó a saber que tenía que remangarme, que contaba con capacidad para hacer realidad mis ideas y reclutar equipos. Gané confianza, y eso me permitió valorar la llegada de una nueva socia con la que me sentía muy motivado para emprender en un mundo ajeno al mío. Valoré el riesgo y vi que me compensaba”, explica.
“El fallo más habitual es tener demasiada prisa”, advierte Nieto: “Son muchos los que están dispuestos a trabajar duro en su negocio, pero menos los que se toman el tiempo necesario para tomar la decisión y madurarla”. Por eso es tan importante compartir la idea: “Hay que tener la capacidad de comunicar para corregir desviaciones. Tenerlo como un secreto es un error, por eso hay que pedir opinión contrastarla con posibles clientes o proveedores”.

4. Reajustes en tu vida familiar


Este es un tema crucial en la vida del emprendedor. Cuando eras empleado, posiblemente tu relación con el trabajo se reducía a las ocho horas. Ahora que vas a ser emprendedor, es probable que esto ya no sea así. Montar un negocio impactará en tu entorno más íntimo. Ya no vas a trabajar ocho horas diarias, sino 10, 12 o más. Muchos fines de semana y festivos tendrás que dedicarlos a tu proyecto y el trabajo va a estar siempre presente en tu mente. ¿Estás preparado para este sacrificio, que puede afectar mucho a tu vida familiar? Dicho esto, los expertos consultados aconsejan prestar atención a la gestión del tiempo, ya sabes: no por echar más horas vas a ser más eficiente.

5. Demuestra tu flexibilidad


Muchos emprendedores por necesidad no aciertan a la primera. La buena noticia es que parte de ellos tiene la habilidad de reconducir esa primera propuesta hacia el éxito. Para conseguirlo es necesario no atrincherarse en posiciones inmovilistas, tan cierto como que el emprendedor debe creer en su idea, es reconocer el error. La solución en muchas ocasiones pasa por realizar pequeños ajustes que permitan una orientación clara hacia lo que realmente requiere el cliente.













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